Esta vez no fue indumentaria. En agosto, el sensible rubro de los alimentos y bebidas aumentó en promedio 15,6%, que contrasta con el 12,4% de la inflación general de agosto, y que casi duplica el 6,3% de julio . Otros rubros que crecieron fuerte fueron la salud (15,3%), equipamiento y mantenimiento del hogar (14,1%), y restoranes y hoteles (12,4%), informó este miércoles el Indec.
El resto de los sectores que mide el principal organismo estadístico del país estuvieron por debajo del nivel general. Recreación y cultura (11,6%), transporte (10,5%), bienes y servicios varios (9,4%), prendas de vestir y calzado (9,1%), vivienda y tarifas de agua, electricidad, gas y otros combustibles (9,1%), educación (8,7%), bebidas alcohólicas y tabaco (8,5%), y comunicación 4,5%).
El salto inflacionario del mes pasado, el más alto desde febrero de 1991 en la previa a la convertibilidad, refleja el impacto de múltiples factores. Entre ellos la devaluación del tipo de cambio oficial después de las PASO (casi 22% en un solo día) y la suba del Impuesto País del 7,5%, y la volatilidad de los dólares financieros. El alza de los alimentos, el Indec lo atribuyó a la suba en carnes y derivados y verduras, tubérculos y legumbres.
El aumento de los productos de la canasta básica alimentaria golpea a toda la población, pero especialmente en los sectores de menores ingresos. Y es un indicador clave para estimar el dato de pobreza. En los últimos 12 meses, alimentos y bebidas acumula un alza de 133,5% (contra el 124,4% del nivel general). Y es el segundo rubro más inflacionario en el período, detrás de restoranes y hoteles (142,2%).
Otro rubro con alzas fuertes fue el de equipamiento y mantenimiento del hogar. La categoría abarca sobre todo a los electrodomésticos, cuyos precios están muy vinculados al dólar. Esto a pesar del congelamiento de precios que impuso el Gobierno (Precios Justos) a fines de mayo y que estuvo vigente hasta mediados del mes pasado.
La inflación de agosto, 12,4%, superó las estimaciones de las consultoras especializadas. La mayoría, ahora, estima para setiembre un piso de 10%, en parte por el arrastre estadístico y porque la devaluación todavía no se trasladó a los precios del mercado local.