Productores, científicos, técnicos, referentes públicos y privados, empresarios e inversores nacionales y internacionales del sector agropecuario y tecnológico participan en Paraná del II Congreso Internacional de Maíz (CIM), con debates sobre innovación, desarrollo, sustentabilidad, novedades tecnológicas y proyecciones y desafíos.
El gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet; el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Juan José Bahillo; el ministro de Agricultura de Córdoba, Sergio Busso; y el presidente de Maizar, Pedro Vigneau, encabezaron el acto inaugural.
El maíz es de las principales cadenas agroindustriales de las provincias de la Región Centro (Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe), organizadoras del Congreso junto con entidades como Maizar y Maizall, que se realiza hoy y mañana en el Centro Provincial de Convenciones (CPC) de Paraná.
El maíz «es fundamental para las cadenas de producción», consideró Bordet, y llamó a «lograr consensos y un gran acuerdo económico, político, social y empresarial, que defina políticas públicas intocables para solucionar los problemas estructurales con previsibilidad y sostenibilidad».
«Quién no quiere vivir en un país con un tipo de cambio único, sin retenciones, sin pobreza ni desempleo, pero hay que ponerse de acuerdo en un proyecto colectivo que integre a todos como país» y así «no cometer los mismos errores», explicó.
En su discurso de apertura, Bordet dijo que el sector maicero «tiene grandes desafíos: la práctica responsable de producción, nuevos sistemas de riego, seguir industrializando la cadena y agregando valor en distintas etapas».
Eso, completó el gobernador entrerriano, se logra «con políticas públicas», y apuntó a que el Congreso permitirá «estudiar, proyectar, y trabajar para mejorar, fomentar, difundir, y lograr ampliar todo lo que es maíz, un cultivo muy noble que sirve de soporte a distintas cadenas de valor».
Por su parte, Bahillo afirmó que el maíz «fue la base de la alimentación de pueblos originarios», y hoy «tiene distintos usos como consumo humano, animal, transformación a proteína, como fuente de energía y como insumo para industrias».
Además, recordó que hubo «40 años con casi la misma superficie sembrada» con el grano, hasta que a partir de 2010 se inició un ascenso que llegó en 2022 a duplicar las hectáreas destinadas y hasta casi siete veces más la producción.
El funcionario nacional convocó a trabajar de forma mancomunada para «agregar valor, acortar las brechas de rendimiento, abrir más mercados y demostrar la huella de carbono del maíz en Argentina».
Hizo hincapié en ese último punto, ya que consideró que la Unión Europea «quiere condicionar con barreras arancelarias» a la producción latinoamericana como «causantes del cambio climático», pero pidió «no poner la responsabilidad en los productores».
En otro tramo, señaló que «no hay país en el mundo que no administre su comercio exterior, y el que más lo administra es Estados Unidos», y afirmó que hay que buscar «una apertura inteligente, protegiendo la mano de obra y al sector».
En tanto, el ministro de Agricultura de Córdoba, Sergio Busso, destacó el Congreso como un espacio para «proponer, discutir y aprender», y recalcó que el objetivo es «producir más» porque «Argentina sale de la crisis con trabajo y producción, y una macroeconomía previsible, transparente y perdurable».
A su turno el presidente de Maizar, Pedro Vigneau, dijo a Télam que «más que pensar en exportar grano, que Argentina hoy exporta el 70% como grano», puntualizó en trabajar para «transformar el grano con menor huella ambiental del mundo en alimentos, bienes y servicios».
Mostró su traje «hecho de almidón de maíz» al igual que sus zapatillas, aunque detalló que fueron producidos fuera del país, por lo que pidió «consensuar y desarrollar un plan entre todos los actores, para transformar el maíz en Argentina, y cerca de donde realiza la fotosíntesis».
Argentina es el país «con la menor huella de carbono del mundo, tiene una de las cuencas fotosintéticas más importantes del mundo», y el maíz «es capaz de capturar más dióxido de carbono que otras plantas», añadió Vigneau.