La tromba de agua por la tormenta Daniel que golpeó el fin de semana pasado la ciudad de Derna, a orillas del Mediterráneo, reventó dos represas y provocó una riada fulgurante que arrasó con todo a su paso.
La crecida, comparable a un tsunami de varios metros, dejó un paisaje de desolación, con gran parte de la ciudad arrasada como si se hubiera producido un fuerte sismo, dijo un fotógrafo de AFP según información publicada este sábado por esa agencia de noticias.
Edificios enteros fueron barridos por el agua y otros están medio destruidos, con vehículos encastrados en sus paredes.
Esta catástrofe golpea a un país asolado por años de conflicto, donde hay dos gobiernos enfrentados.
Altos funcionarios de la autoridad que controla la zona oriental de Libia -que no es el gobierno reconocido por la ONU- han dado balances contradictorios.
En tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que «se encontraron y fueron identificados los cadáveres de 3.958 personas» y que hay 9.000 desaparecidos.
Esta agencia de la ONU anunció que ya llegaron a la ciudad de Bengasi, a unos 300 kilómetros de Derna, 29 toneladas de material sanitario.
🇱🇾 Casi 4.000 muertos y 2.400 desaparecidos por las inundaciones en Libia pic.twitter.com/RiKmwkhuAH
— Agencia Télam (@AgenciaTelam) September 13, 2023 Un corresponsal de AFP constató que en Bengasi aterrizaron dos aviones de carga con ayuda, uno de los Emiratos Árabes Unidos y otro procedente de Irán.
A la entrada de Derna hay un flujo constante de vehículos que transitan por una vía improvisada y las excavadoras siguen trabajando para retirar los escombros.
En Al Bayda, a 100 kilómetros al oeste de Derna, los habitantes intentan despejar las rutas y limpiar sus casas anegadas por el barro después de la riada.
Actualmente existen dos gobiernos enfrentados: uno en Trípoli, reconocido por la ONU y dirigido por el primer ministro Abdelhamid Dbeibah, y otro en el este, controlado por el influyente mariscal Jalifa Haftar.