Ella prepara sus autos, diseña su imagen y consigue el 100% del financiamiento. Se las rebusca todos los días para conseguir su pasión.
13 de septiembre 2023, 21:58hs
Aixa descubrió su pasión por los autos a los siete años. (Video: eltrece)
Aixa M. Franke es mucho más que una corredora profesional. Ella prepara sus propios autos, diseña su imagen y consigue el 100% del financiamiento. Aixa es un as al volante y puede ganar o perder. Como en cualquier deporte. Pero su misión en las pistas no se limita a hacer el mejor tiempo y llegar primera a la meta. Aixa juega otra carrera paralela: la de la igualdad de la mujer. Y esa lucha es, quizás, la que más le importa.
De todas las licencias para correr autos de carrera, las mujeres tienen apenas el 7,6% del total. Es poco, pero hace solo unos años estábamos peor. En 2020, por ejemplo, las mujeres en la pista representaban apenas el 2 % del total. Pero algo está cambiando. Y en ese cambio Aixa y mujeres como ella tienen mucho que ver.
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Aixa maneja desde los 11 años. Los caminos con barro y nieve de Bariloche fueron su primera escuela. De regalo de 15, pidió un auto y su mamá le consiguió un Citröen 3CV destartalado que Aixa restauró con sus propias manos. Poner el autito en la calle le demandó dos años de trabajo. Lo arregló ella misma con las herramientas que eran de su padre, que murió cuando ella tenía 7 años.
El camino a las pistas se demoró varios años más. No es fácil conseguir la financiación para sentarse en una butaca de auto de carrera profesional. Aixa arrancó corriendo picadas y debutó a los 24 años (hoy tiene 30) en la categoría Fiat 600 Light. Luego pasó por la Top Race y la Fórmula Nacional. Hoy en día corre en Sport Prototipo que es una categoría nueva con autos monoplaza que pesan 590 kilos (con piloto incluido) y que van a más de 200 kilómetros por hora.
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Entre todos los rebusques de Aixa, en 2020 trabajaba como entrenadora de rallies de regularidad. Allí conoció a unos amigos que tenían una colección de autos clásicos y, como ella sabe de mecánica, le ofrecieron un lugar en el taller. Ese es uno de los trabajos que más disfruta. A todo esto le agregó un emprendimiento en el que diseña y confecciona carteras, bolsos y mochilas. Tiene un negocio a la calle y vende por internet.
Cuando terminó la carrera el domingo, Aixa no se fue a su casa como el resto: organizó una actividad con otras mujeres pilotas. Invitaron a un montón de nenas de entre 5 y 14 años. Intervinieron con marcadores una moto blanca de otra corredora, charlaron de todo y comieron galletitas temáticas. Esas chicas ya lo saben: la carrera de la igualdad se está en marcha. Hay que desafiar, insistir y no bajar la velocidad hasta llegar a la meta.