El sismo golpeó las montañas del Alto Atlas marroquí a última hora de la noche del viernes, dañando edificios históricos en Marrakech, la ciudad más cercana al epicentro, pero las zonas más afectadas se encontraban en las montañas cercanas.
El Ministerio del Interior informó de que 1.305 personas habían muerto y otras 1.832 habían resultado heridas por el sismo, de magnitud 6,8 y epicentro a unos 72 kilómetros al suroeste de Marrakech, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
En el pueblo de Amizmiz, cerca del epicentro, los equipos de rescate recogían escombros con sus propias manos. La mampostería caída llenaba las estrechas calles. En el exterior de un hospital, una decena de cadáveres yacían cubiertos con mantas y acompañados por sus familiares.
«Cuando sentí que la tierra temblaba bajo mis pies y la casa se inclinaba, corrí a sacar a mis hijos. Pero mis vecinos no pudieron», dijo Mohamed Azaw. «Desgraciadamente no se ha encontrado a nadie vivo de esa familia. Encontraron muertos al padre y al hijo, y siguen buscando a la madre y a la hija».
Los equipos de rescate se encontraban sobre los suelos destrozados de un edificio de Amizmiz, con trozos de alfombra y muebles sobresaliendo de los escombros.
Había una larga cola ante la única tienda abierta mientras la gente buscaba provisiones. Para subrayar las dificultades a las que se enfrentan los equipos de rescate, las rocas caídas bloqueaban la carretera que une Amizmiz con un pueblo cercano.
Unos 20 hombres, entre bomberos y soldados en uniforme de faena, estaban encima de las ruinas de una casa de Amizmiz intendando retirar los escombros; Trozos de alfombra y muebles sobresalían de los huecos entre los suelos de hormigón.
En Marrakech, donde se han confirmado 13 muertes, los residentes pasaron la noche a la intemperie, temerosos de volver a casa, el minarete de una mezquita cayó en la plaza Jemaa al-Fna, el corazón del casco antiguo, que la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad.
«Todo es por la voluntad de Dios, pero hemos sufrido grandes daños», dijo Miloud Skrout, un residente.
Según la Organización Mundial de la Salud, más de 300.000 personas se vieron afectadas en Marrakech y sus alrededores.
Marruecos declaró tres días de luto nacional, durante los cuales la bandera nacional ondeará a media asta en todo el país, informó el sábado la corte real.
Las fuerzas armadas marroquíes desplegarán equipos de rescate para proporcionar a las zonas afectadas agua potable, alimentos, tiendas de campaña y mantas, añadió.
BAJO LOS ESCOMBROS
Montasir Itri, residente de la aldea montañosa de Asni, cerca del epicentro, dijo que la mayoría de las casas habían sufrido daños.
«Nuestros vecinos están bajo los escombros y la gente está trabajando duro para rescatarlos utilizando los medios disponibles en el pueblo», dijo. Más al oeste, cerca de Taroudant, el profesor Hamid Afkar dijo que había huido de su casa y que sintió las réplicas. «La tierra tembló durante unos 20 segundos. Las puertas se abrieron y cerraron solas cuando bajé corriendo desde el segundo piso», dijo.
Según el Centro Geofísico de Marruecos, el sismo ocurrió poco después de las 23.00 horas (22.00 GMT) en la zona de Ighil, en el Alto Atlas. Fue el más mortífero de Marruecos desde 1960, cuando se calcula que un temblor mató al menos a 12.000 personas, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
Ighil, una zona montañosa con pequeños pueblos agrícolas, está a unos 70 kilómetros al suroeste de Marrakech.
La televisión española RTVE informó de que se sintieron temblores en Huelva y Jaén, en la región española de Andalucía.
Naciones Unidas está dispuesta a ayudar al Gobierno marroquí en «sus esfuerzos para asistir a la población afectada», dijo el portavoz de la ONU Stephane Dujarric en un comunicado.
Gobiernos de todo el mundo expresaron su solidaridad y ofrecieron ayuda. Marrakech acogerá a principios de octubre las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.